Seguramente lo habrás adivinado, porque resulta casi
evidente: enfrentándote a tareas que te fuercen a usar este tipo de
inteligencia. Al principio, esto puede resultar muy tedioso para algunas
personas, pero los progresos que se pueden hacer son espectaculares y muy útiles
para el día a día, especialmente los relacionados con el cálculo mental.
Puedes empezar con cuadernos para ir aprendiendo
matemáticas a tu ritmo o asistir a academias especializadas (si bien la mayoría
de ellas tienen un enfoque universitario). También tienes la opción de empezar
prácticamente desde cero en webs de formación gratuita como la recomendadísima
Khan Academy, en la que puedes medir tus progresos e ir eligiendo las ramas de
aprendizaje a tu gusto.
En cuanto a la parte que hace referencia al pensamiento
lógico, es posible que lo encuentres más ameno al principio, ya que la mejor
forma de desarrollarla es dialogar y discutir mediante argumentos, vigilando
para no caer en falacias.
Algo que es típico, por ejemplo, de cualquier noche
de bares o de una cena de navidad con la familia, pero que puede ser
generalizado a muchos otros momentos de tu vida. Para tener a mano el
funcionamiento de la lógica, puedes buscar libros de tu elección que traten de
la lógica y las falacias lógicas.
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